sábado, 13 de agosto de 2016

Little Miss Sunshine

¡Hola!
¿Qué tal todo? Espero que bien, en este caluroso verano y empezando este largo puente. Hoy me paso por aquí para comentaros mi humilde opinión sobre una de las últimas películas que vi; se trata de Little Miss Sunshine (2007; traducida al castellano como Pequeña Miss Sunshine).

Los Hoover son una familia muy peculiar: el abuelo esnifa cocaína y suelta palabrotas, el padre fracasa estrepitosamente dando cursos para alcanzar el éxito, la madre no da abasto, el tío se está recuperando de un suicidio frustrado tras ser abandonado por su novio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y guarda un mutismo absoluto. Y Olive, la hija pequeña, una niña gafotas y más bien gordita, quiere ser una reina de la belleza. Cuando, gracias a un golpe de suerte, la invitan a participar en el concurso de 'Pequeña Miss Sunshine, en California, la acompaña toda la familia. Hacinados en una destartalada furgoneta Volkswagen, se dirigen hacia el Oeste en un tragicómico periplo de tres días lleno de inesperadas sorpresas. El debut de Olive será el detonante de un cambio profundo en esta familia de inadaptados.


Lo cierto es que le tenía muchas ganas a esta película desde hacía un tiempo pero nunca me acababa de animar para verla, hasta hace bien poquito; en esta altura de mi vida no tengo excesivo tiempo (o no debería tener) para dedicarme al ocio y las películas, así como capítulos de series, las voy viendo a cachitos, a los pocos, y con esta el plan inicial era ese mismo, ir poco a poco.

Cierto es que empecé un día en un descanso de trabajar, pero después de cenar tuve que acabar de verla, estaba intrigadísima por saber cómo iba a acabar esta aventura de la familia Hoover; me encantó la película, como os podéis imaginar y me supo a poco, se me hizo corta, así que eso es muy buena señal.

Todos los personajes son geniales, todos aportan su granito de arena a esta gran familia (incluidos los padres, que pueden ser los más ‘normales’); el abuelo es todo un personaje, un crack; el tío de Olive (papelazo que se marca, en mi opinión, Steve Carrell) en el fondo me parece encantador, pese a toda la historia que tiene a cuestas; el hermano, que guarda mutismo debido a Nietzsche, tiene, para mí, uno de los momentazos de la película; los padres, tan opuestos en su forma de ver la vida; y claro está, Olive, que representa lo que en algún momento toda niña quiere ser, es la entrañable de la familia, la quieres sí o sí. Por cierto, mención especial merece esa furgoneta Volkswagen, ¡qué grandes momentos nos da a lo largo de la cinta!

El ritmo de la historia es muy bueno, no hay parones, no frena en seco el avance de los acontecimientos, te engancha desde el minuto uno y cuando acaba sientes que quieres más. Cuando llega el final piensas en dos soluciones a esta historia, uno que sería el más lógico y otro que, una pequeña parte de ti, quiere que pase… Los dos hubiesen estado soberbios, pero el que tiene es mejor aún, cuadra más con esta familia a la que rápidamente le coges cariño.

No tengo nada malo que decir de la cinta, me encantó todo de ella, tiene momentos de risa, comedia, tragedia, tristeza, lo tiene todo la verdad y, por supuesto, es una gran recomendación para quien no la viera o para quien quiera repetir, así que os animo encarecidamente a verla, que no sentiréis desperdiciar vuestro tiempo.

¿Qué os parece la aventura de la familia Hoover? ¿Cambiaríais algo?



Hasta la próxima entrada   :)